Los cuatro beneficios de estudiar un curso en el extranjero
Tras la pandemia, el sector de campamentos y cursos en el extranjero para niños y adolescentes se reactiva con más fuerza que nunca
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Estudiar un curso escolar en el extranjero es un excelente complemento a la educación recibida en España. Las familias son conscientes de esto y, tras dos años donde este tipo de experiencias han estado más limitadas por la crisis sanitaria, parece que se quiera recuperar el tiempo perdido. De hecho, la demanda según los principales actores del sector está «disparada» y a niveles superiores que en los años previos a la pandemia.
Los beneficios son inestimables en lo académico, personal, emocional y lingüístico. Sin duda una estancia fuera, asegura Henar Landa, directora de Round The World Spain (RTWSpain), «es una oportunidad para que el niño se meta de lleno en otra cultura, desarrolle la autonomía y habilidades, descubra nuevos talentos, mejore su comunicación y amplíe su capacidad de trabajo en equipo, entre otras muchas cosas».
Viajar, salir de casa, convivir con otros niños, afirma también Ana Pedrero, directora del departamento del curso escolar de ASTEX, «supone siempre de una oportunidad única para que los más jóvenes conozcan un mundo más allá de su entorno familiar es también una ocasión para que aprendan a ser autónomos e independientes, consoliden su carácter, hagan nuevos amigos, desarrollen la creatividad y aprendan a trabajar en equipo al mismo tiempo que aprenden y refuerzan un idioma».
El menor, corrobora Landa, «crece, gana en independencia y resolución de problemas, en habilidades para convivir y tener una actitud respetuosa hacia los demás y hacia su entorno. En RTWSpain creemos firmemente que la mejor manera de alcanzar un crecimiento real y duradero se consigue combinando la parte académica en un entorno de inmersión lingüística y cultural, junto con la diversión, las actividades deportivas y artísticas».
Para lograrlo es importante «hacer los deberes» antes para evitar problemas y malentendidos a lo largo del curso. Cuanta más información, mejor, puesto que eso facilita todo el proceso restante y una estancia más tranquila. La decisión sobre este tipo de estancias, sugiere Henar Landa, «debe tomarse en conjunto entre los hijos y los padres, teniendo en cuenta siempre la madurez del niño. Si este siente que forma parte del proceso de toma de decisiones, las probabilidades de que disfrute de la experiencia serán más altas«.
Lo habitual es recurrir a agencias especializadas en ayudar a los padres a encontrar el colegio que más se ajuste a las necesidades y el perfil de los niños, así como con todo lo relacionado con el proceso: Desde la selección del centro escolar, hasta el proceso de inscripción, recogidas en el aeropuerto, seguimiento del alumno durante su estancia en el país elegido, convalidaciones (en caso necesario) hasta su vuelta a España.
Respecto a los países elegidos, informa la experta de ASTEX, «si bien es cierto que Reino Unido y Estados Unidos siguen siendo los destinos más demandados, Canadá está alcanzando en los últimos años un puesto privilegiado debido a su excelente nivel educativo, siempre presente en los mejores puestos del informe PISA». Para elegir uno u otro, añade, «deberemos analizar en profundidad teniendo en cuenta el curso que le corresponda realizar según el sistema académico español y evitando cualquier complicación en la posterior convalidación de estos estudios en el extranjero«.
Edad recomendada
Una vez tomada la decisión, conviene realizar la tramitación de la primera fase del proceso seis meses o incluso un año antes. Transcurrida esa fecha, advierten las dos expertas, «la disponibilidad de plaza en los colegios es más limitada y hay que ser conscientes de que la candidatura de los alumnos se valora en función de las plazas».
En cuanto a la edad recomendada, las expertas coinciden en señalar que no hay un curso concreto. Todo depende de la madurez del menor. «Cada niño es un mundo, por eso es tan importante tener en cuenta su personalidad y nunca obligarlo a salir de casa, sino más bien animarle a embarcarse en la que será, sin duda, una experiencia divertida y enriquecedora».
Pero es verdad, insiste la directora del departamento de curso escolar de ASTEX, que existe «una fuerte tendencia a que el momento elegido coincida con 6º de Primaria, porque así se van antes de la adolescencia y de todos los cambios que esta conlleva. pero el periodo para emprender esta aventura, diríamos, abarca desde los 11 a los 15 años».
Personalidad del niño
En cualquier caso, ratifica Pedrero, «hay que tomar la decisión teniendo en cuenta las circunstancias de cada niño porque no es lo mismo cuando se marcha el hijo mayor, que si trata de un tercero que ya ha visto que a su hermano le ha ido bien».
Lo primero que conviene preguntarse es si el niño está preparado para salir de casa y pasar una temporada lejos de su entorno. «Es importante analizar el carácter del candidato -remarca la experta de ASTEX-. Mientras hay niños de 12 años que son autónomos y responsables, hay otros que con 16 tienen una adaptación difícil».
«Nosotros sugerimos a los padres que se hagan estas preguntas: ¿está vuestro hijo preparado para pasar una temporada en el extranjero? ¿Qué espera el niño de su estancia fuera? ¿Y vosotros? ¿Qué tipo de programa se ajusta más al carácter del niño?», sugiere Landa.
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Sea cual sea la edad y el momento escogido, no siempre es fácil separarse de los hijos. Por eso es importante, concluyen ambas , «visitar a expertos para saber exactamente las preocupaciones o las inquietudes de las familias y asesorarse convenientemente. Como son tantos los factores, insistimos mucho en que se informen bien y se dejen guiar».
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